El País ha publicado una noticia hoy en la que dice que Felip Puig, consejero de Interior, justificó ayer la carga de los mossos porque estos fueron «acorralados». Sin embargo, en la red abundan los videos que evidencian lo contrario. Aquí uno de ejemplo.

La intervención policial que empezó a las 7 de la mañana de ayer viernes, y que finalmente acabó con 66 heridos, fue defendida por Artur Más como una acción para «recuperar las condiciones de higiene, y también de seguridad, de cara a lo que puede pasar si el Barça gana la Champions».

El lugar no necesitaba una limpieza extraordinaria porque los manifestantes estaban perfectamente organizados para mantener la plaza en condiciones. Los que estuvimos allí fuimos testigos: papeleras ubicadas por varias zonas de la plaza, algunas incluso preparas para el reciclaje; varios turnos de limpieza al día; y un comportamietno cívico del resto de acampados, manifestantes y visitantes. En todo caso, hubiera sido tan sencillo como pactar la entrada de un equipo de limpieza con alguna de las comisiones.  O intentarlo al menos.

Si el problema era la posible celebración del Barça, se podría haber montado un despliegue policial como el que ayer por la mañana desalojó a los manifestantes, para aislarlos de los aficionados. O incluso se podría haber hecho un comunicado invitando a los culés a celebrar la posible victoria del Barça en la Font de Canaletes y sus inmediaciones, renunciando a la Plaza Cataluña por esta vez. Dudo que hubiera habido problemas.

Y, en caso de que fuera un asunto de seguridad, me pregunto: ¿qué había  cambiado ayer para que casi dos semanas después de que la #acampadabcn se hubiera instalado fuera tan urgente intervenir?

Cuesta de creer que Puig no haya sabido llegar a estas tres sencillas conclusiones, con las que hubiera evitado inaugurar su mandato como consejero de Interior con este despropósito. Si es tan tonto, mejor que renuncie. Si hay otras razones, que nos las cuente. Mientras los acontecimientos apuntan a un intento de desalojo que les habría salido mal, porque ha estado muy mal gestionado y porque ahora la plaza vuelve a estar, si cabe, más llena que antes. Al fin, la carga policial de Puig solo ha servido para revitalizar el movimiento 15-M.