Ayer, 3 de mayo de 2012, el Congreso de los diputados argentino aprobó por 207 votos —de los 245 posibles— la ley de expropiación del 51% de Repsol en YPF. La medida fue anunciada el 16 de abril de 2012 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por motivos de “interés público”.

Antes de entrar a analizar el papel de la prensa, haré un breve repaso de lo ocurrido para contextualizar.

7/11/11 – Descubrimiento del enorme yacimiento de Vaca Muerta de gas no convencional.
26/1/12 – Cristina Fernández de Kirchner declara: “El subsuelo es de los argentinos».

16/4/12 – Cristina Fernández de Kirchner anuncia la expropiación del 51% de Repsol en YPF.

26/4/12 – El Senado aprueba la expropiación (62 votos a favor, 3 en contra y 4 abstenciones). El texto declara YPF de “utilidad pública”.

3/5/12 – El Congreso argentino aprueba la expropiación (207 votos a favor, 32 en contra y 6 abstenciones) y estalla en júbilo. El 51% de las acciones de Repsol pasan al Estado (51%) y a las provincias (49%): el Estado controlará YPF.

¿Qué han dicho o hecho el gobierno argentino, el gobierno español y Repsol?

En la intervención del día 16 de abril de 2012, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, justifica la expropiación por “una política de vaciamiento de Repsol”, a la que acusa de no invertir para buscar nuevos yacimientos y de ser la culpable de la bajada de la producción. Según la presidenta, Argentina se ha visto obligada a importar petróleo por primera vez en 17 años. El discurso estuvo plagado de guiños patrióticos.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=MrzwNq0lq6g]
El gobierno de Rajoy ha utilizado la misma treta que el gobierno de Fernández de Kirchner al afirmar que “cualquier agresión a Repsol será una agresión a España”, presentando la expropiación como un conflicto entre ambos países. Pese a que anunció “medidas claras y contundentes”  el gobierno español no ha tenido capacidad para hacer frente a la expropiación. El apoyo internacional ha sido tímido.

Antonio Brufau, presidente de Repsol, niega las razones del gobierno argentino, al que acusa de querer apropiarse del yacimiento de Vaca Muerta (una de las mayores reservas del mundo de gas no convencional). Denuncia que la presidenta quiere hacerse con la empresa a precio de saldo mediante una campaña de acoso que ha provocado “el derrumbe del precio de la acción de YPF”.

¿Qué dice la prensa española sobre la expropiación de YPF?

El 17 de abril todas las cabeceras españolas abrían con la noticia sobre Repsol-YPF. Solo el gratuito 20minutos daba prioridad a los 3.000 millones de euros de recortes en educación que, según el ministro Wert, deberán aplicar las autonomías. En términos sociales y económicos, este asunto es mucho más importante para España.

Portadas de diarios españoles: expropiación YPF (17 abril 2012)
Portadas de diarios españoles: expropiación YPF (17 abril 2012) // Foto: Blog «Diseccionando a El País»

La Vanguardia y El País hablaban de “expropiación”. ABC prefería usar la palabra “expolio”. La Razón siempre tan dramática y panfletaria, titulaba: “La guerra sucia de Kirchner”. El Mundo se perdía en los detalles con un titular largo e infantil: “Kirchner menciona ‘la trompa de un elefante’ para arrebatar YPF a Repsol”. Supongo que tanto La Razón como El Mundo querían decir que la expropiación les parecía injusta, o sea, un expolio. El Periódico, en un ataque de sensacionalismo al que cada vez nos tiene más acostumbrados, veía un “Desafío argentino”, a España, se entiende. Ya en el interior prefería un titular más comedido: “Argentina expropia YPF”.

La elección de la palabra “expropiación” o “expolio” no es baladí. Veamos qué dice la RAE.

  • “Expropiar. Privar a una persona de la titularidad de un bien o de un derecho, dándole a cambio una indemnización. Se efectúa por motivos de utilidad pública o interés social previstos en las leyes”. Es decir, una acción legal, acompañada de indemnización y por motivos de utilidad pública.
  • “Expoliar. Despojar con violencia o con iniquidad”, o sea, con mala voluntad, injustamente, por la fuerza.

Al elegir la palabra más dura, la prensa más conservadora interpretaba la noticia como un robo injusto. En cualquier caso, todos los diarios denunciaban la decisión de Argentina y se posicionaban del lado de Repsol o, lo que para algunos debe ser lo mismo, del lado de España. Los gobiernos —argentino y español— habían presentado la expropiación como un conflicto entre países y buena parte de la prensa les siguió el juego.

Solo el diario más rojillo, recientemente replegado a la web tras el cierre de su edición en papel, interpretaba la noticia de forma diferente. “Argentina ‘recupera’ YPF”, titulaba Público. En otro texto explicaban “Los motivos de Argentina para controlar YPF” y utilizaban las palabras “nacionalización” o “control”, más en sintonía con la versión del gobierno argentino.

Las televisiones también barrieron para casa, o sea, a favor de Repsol. Para muestra, la edición de Informe Semanal del 21 de abril en TVE, que a nivel informativo es la cadena más seria. En el informe, todos los videos de la presidenta argentina buscan mostrar su faceta más populista y caricaturesca, en lugar de priorizar aquellas partes de sus discursos con más contenido. Basta mirarse el video completo del día 16 para ver que además de chistes y soflamas, también presenta razones.

En los últimos segundos del video, una voz en off refleja el cinismo de TVE al acusar a la televisión pública de argentina de “recordar una y otra vez que YPF vuelve a ser argentina”. Es cierto que la televisión comete un exceso, pero el pecado de la búsqueda de la emoción mediante el exaltamiento del patriotismo no es tan diferente al que se vivió en España con el mundial de fútbol. TVE también puso “una y otra vez” el gol de Iniesta, con ovaciones incluidas, y nadie dijo nada. Y eso que el fútbol ni siquiera nos da de comer.

Casi las únicas críticas a Repsol y al papel del gobierno español las he encontrado en un blog de El País, 3500 millones, en un post titulado: “La conciencia de Repsol”. En el denuncian que desde la política se haya planteado la expropiación de Repsol “como un ataque a las esencias de la Patria española”, cuando ni siquiera la empresa se puede considerar del todo española: “Un 51,5% de la compañía está directamente en manos extranjeras (Pemex 9,5% e ‘Institucional extranjero’ 42%)” y “solo paga impuestos en España por el 25% de los beneficios obtenidos en todo el mundo (a un tipo impositivo efectivo del 26,8%)”.

Tanto los medios como el gobierno español han presentado este conflicto como uno internacional, simplificándolo a un ridículo España contra Argentina, como si se tratara de la final de un mundial de fútbol. Allí ha sido una victoria pírrica; aquí decimos que nos han robado la final de un mundial de fútbol. Es más fácil recurrir a la épica, agitar a las masas y vender muchos diarios, que contarles una verdad compleja en la que no hay buenos ni malos, sino razones por descubrir.

La otra gran mentira de la prensa y la política española ha sido la exaltación de las virtudes de Repsol como empresa ejemplar o, como mínimo, la ocultación de sus vergüenzas. La mayor parte del post de Javier Pérez y Gonzalo Fanjul se dedica a destruir esta falacia. Habla de “abusos fiscales, sociales y medioambientales”, de lucro excesivo en varios países de Latinoamérica y denuncia que Repsol “es la empresa del Ibex 35 con mayor número de sociedades domiciliadas en nichos y paraísos fiscales (45, en concreto)”.

¿Por qué no se encuentra toda esta información en las páginas de los diarios o en los telenoticias? No he tenido tiempo de profundizar en este asunto, pero a bote pronto se me ocurren dos motivos.

  • No incomodar a una empresa que invierte cantidades ingentes de dinero en publicidad. Les dejo un vídeo bastante explicativo, aunque no suscribo todo lo que se dice.
    [youtube=http://www.youtube.com/watch?v=EiRWy6HQKA4&feature=player_embedded]
  • Conformarse con las versiones oficiales, no ir más allá, por comodidad y por miedo a desmarcarse del planteamiento imperante cuando supone ir en contra de la opinión pública.

En definitiva, el tratamiento de la expropiación de YPF en los medios pone de relieve los dos grandes problemas del periodismo: la crisis de un modelo mediático dependiente económica y políticamente y la consecuente pérdida de calidad periodística, que responde también a otros motivos: precariedad, becarización de las redacciones, despidos, reducción de la inversión en investigación… Una solución: un periodismo independiente y sin ánimo de lucro.

La prensa argentina, dividida ante la nacionalización de YPF

En Argentina he encontrado nuevos puntos de vista y, al contrario de lo que esperaba, no todos a favor. Aunque la población y el congreso han otorgado un apoyo masivo a la expropiación, también hay una serie de cabeceras que han sido críticas.

Pablo Sirvén lo resume a la perfección en su blog, Lo que dicen los diarios: “La Nación, Clarín, El Cronista, Ámbito Financiero, La Prensa, La Razón y el Buenos Aires Herald se limitan a describir la noticia puntualmente, en tanto que la prensa adicta prefiere exhibir su euforia”. No hay que perder de vista que este blog pertenece a La Nación. Lo que Sirvén llama “prensa adicta” son cabeceras como Pagina 12 o Tiempo Argentino.

Tiempo Argentino salió el 17 de abril con un titular a toda página: “YPF vuelve a ser argentina”. La palabra “vuelve” es importante porque denota que la cabecera interpreta la expropiación como una recuperación y, por tanto, legítima e incluso épica.

Página 12, en la misma línea, utiliza una foto de la bandera argentina y el viejo logotipo de YPF para evocar la recuperación histórica y exaltar el patriotismo de la medida. Algunos titulares de la edición digital que ilustran la línea editorial son: “Finalmente llegó el día”, “Habrá gas sin Repsol” o “De la especulación al interés público”.

Clarín y La Nación eligen un perfil crítico con el gobierno, como de costumbre. El primero, sin restarle legitimidad, acusa a la presidenta de equivocarse con las formas: por la falta de diplomacia internacional y la manera en que echó a los directivos de YPF; pero también por “no respetar las reglas del juego”. Según Clarín, Fernández de Kirchner quiere apropiarse de la caja de YPF por la delicada situación económica que atraviesa y parte de la responsabilidad de la situación actual es responsabilidad suya.

La Nación usa titulares como “Tirarse a la pileta sin medir el agua” para augurar que la decisión de la presidenta pasará factura al país. Para avalar sus argumentos cita a dos de los diarios más famosos del mundo en dos titulares muy explícitos: “The Washington Post dice que Cristina consiguió el ‘aplauso barato’” y “The Wall Street Journal propone expulsar a ‘la Argentina ladrona’ del G-20”.

A nivel internacional me he limitado a ojear titulares y a penas he leído unos pocos artículos de algunas de las cabeceras más importantes, como Le Monde en Francia, Washington Post y The New York Times en EEUU, La Prensa en México, Frankfurter Allgemeine en Alemania o los británicos The Guardian y The Times. Todos caen, en general, en los mismos errores que la prensa española, con el agravante de que viendo la pelea desde fuera se les podría exigir más equilibrio.

Ninguna cabecera crítica a Repsol y pocas la actitud del gobierno español. Si hay críticas al gobierno, van dirigidas a su debilidad para proteger los intereses de la compañía, obviando que considerarla española es un exceso y que lo más reprobable es que meta a los ciudadanos en una bronca de naciones.

Populismo político y servilismo de la prensa

Al final, la bronca entre el populismo de Kirchner y el populismo de Rajoy es la que domina la agenda periodística. A ambos lados se da un aprovechamiento descarado del conflicto para obtener réditos políticos. Los dirigentes crean la crisi para luego erigirse en salvadores del pueblo. Finalmente, la batalla la gana la presidenta argentina, heroína para unos y villana para otros; y la pierde Rajoy, el débil, que no consigue revertir la situación y el dramatismo con el que presenta el conflicto le estalla en la cara.

Que la prensa española y una buena parte de la argentina se alineen con las respectivas tesis oficiales, sin cuestionárselas, demuestra, como decía antes, que el periodismo está podrido. Salvo contadas excepciones, la prensa no ha sabido responder preguntas esenciales. Ahí van algunas cuestiones no resueltas desde el punto de vista español. ¿De qué manera afecta a los españoles la nacionalización del 51% de YPF? ¿A qué se debe que el gobierno español convierta en un asunto de Estado la defensa de Repsol? ¿Tiene legitimidad Repsol, una de las empresas privadas que más capital tiene en paraísos fiscales, para pedir el auxilio del Estado?