A las diez de la mañana el sol de Barcelona es todavía una naranja recién cogida. En la playa de la Mar Bella, recuperada en 1992 en el frente marítimo del Poblenou, aún cabe mucha gente. El Chiringay, ubicado en el corazón de este arenal naturista y divertido, salpicado de colillas, traza una franja imaginaria hasta el mar en la que se encuentran dos formas de vivir la playa. A la izquierda, más trajes de baño, más crema solar, más niños. A la derecha, menos ropa, menos sombrillas, menos mujeres. Aquí se concentra la mayor cantidad de cuerpos tal y como vinieron al mundo. En el punto de confluencia, todos los ambientes de la Mar Bella conviven en armonía. Parejas gais, hombres solos, familias con niños, lateros, masajistas orientales y José García, que ha venido con cuatro amigas.

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Al tocar el mediodía, el sol ya es una naranja confitada sobre la Mar Bella. La poca arena que queda entre toallas abrasa los pies descalzos y deslumbra incluso a quienes se tumban boca abajo. Donde rompen las olas, el mar es un caldo revuelto de humanidad. A pocos metros, bajo una sombrilla azul, un hombretón saca una cerveza de una nevera diminuta. Se refresca, y de tanto en tanto, se levanta y pasea por la arena, desnudo. Nadie se sorprende. Junto a la orilla, un grupo de jóvenes recogen las botellas vacías. Se van porque no hay resaca que aguante el calor pero, sobre todo, porque al atardecer empieza otra fiesta en un club de la Rambla.

A José García le encanta esta playa por su ambiente joven, diverso y tolerante. Es de Nou Barris, pero hace un año que vive en Madrid y ya estaba loco por volver, respirar el mar y quitarse el moreno paleta que ha cogido en la capital. En la Mar Bella se siente cómodo y se divierte. Solo le molesta, dice, que se usen los baños para otras funciones que no sean las propias. Y es que por la tarde la música del Chiringay anima a todo tipo de fiesta. En este chiringuito, espontáneo, desvergonzado y sin complejos, celebró José el verano pasado una pink party. Era la fiesta de cumpleaños de Borja, un amigo. Se vistieron de rosa y amanecieron bebiendo y bailando, pero no tuvo que echarlos ni la policía ni ese sol de mediodía que derrite como el chocolate los cuerpos desnudos de la Mar Bella.

Playa de La Mar Bella, Barcelona (cómo llegar)
Parking | Socorrista | Chiringuito | Mascotas

  • 500 m de largo por 40 m de ancho.
  • Tipo: arena media.
  • Entorno: urbano.
  • Ocupación: alta.

Playa nudista con bandera azul. Dispone de duchas, lavabos y acceso para minusválidos. Se alquilan hamacas y sombrillas. Buena para niños.

Texto publicado el 30 de julio de 2014 en la contraportada (pdf) y en la versión digital de El Periódico de Catalunya