Hay al menos tres playas de Sant Pere Pescador.La de Manel Serrano, funcionario, es la de mediados de los 90, la que aún no tenía duchas ni socorristas ni el cielo plagado de cometas de kitesurfistas. En esta playa de dunas casi desiertas disfrutó sus primeros 22 veranos. De adolescente, cuando el levante y la tramontana lo permitían, organizaba campeonatos de palas con sus amigos mientras los más pequeños retozaban en la arena cual croquetas. Por la noche, en el chiringuito había marcha hasta después de la una y las holandesas del cámping L’Ànfora se rifaban a los chavales del pueblo. Esparcimiento, y nostalgia, mucha nostalgia es lo que siente este cuarentón cuando habla de la playa de su pueblo. La única pega era, y es, el viento. Cuando es intenso, algo frecuente, levanta millones de granitos de arena que se cuelan en los bolsos cerrados, perforan oídos y ojos y acaban crujiendo entre las muelas al masticar.EP-playascatalanas5

La playa que mastica cada mañana Jorge Pacheco, socorrista argentino, no es la de Manel. Es la playa de la afluencia y del trabajo vigilante: la de los windsurfistas que invaden peligrosamente la zona de bañistas, la de los discapacitados a los que acompaña al agua o la de los niños sobre donuts hinchables que son arrastrados hacia lo profundo los días de tramontana. La humanidad y el viento de levante se juntan todos los mediodías en Sant Pere Pescador, puntuales como un reloj suizo, para agitar el mar y no dar tregua. Pero no todo es trabajo; cada mañana al rayar el día Jorge y sus compañeros quedan para nadar mientras el golfo de Roses es un estanque de agua clara y reposada sin una brizna de viento.

A Daniela Restrepo, monitora de windsurf, no le interesa el mar reposado de Jorge ni la playa de antaño de Manel. Cuando no da clases en la escuela Surf City de Empuriabrava, cuando el viento despeina a los turistas, cuando más arena levanta, ella coge la tabla y se tira al agua. Si el levante sopla sin piedad, mejor, porque agarra la vela con fuerza y puede chocar la espalda contra el agua mientras surca el golfo de Roses arriba y abajo. Enseña windsurf desde el verano pasado y ahora, con 19 años, solo piensa en seguir haciéndolo mucho más tiempo frente a Sant Pere Pescador o donde el viento sople tan fuerte que haga repicar el mar como repican las campanas.

Playa de Sant Pere Pescador, Alt Empordà, Girona (cómo llegar)
Parking | Socorrista | Chiringuito | Duchas

  • 6.300 m de largo por 100 m de ancho.
  • Tipo: arena muy fina.
  • Entorno: natural.
  • Ocupación: media-baja.

Playa ideal para niños. Dispone de acceso para discapacitados y una zona nudista, La Cagarra. Se pueden practicar deportes acuáticos de viento.

Texto publicado el 1 de agosto de 2014 en la contraportada (pdf) y en la versión digital de El Periódico de Catalunya