La Nova es una estrecha franja de arena dorada ubicada en pleno centro de Roses y una de las pocas playas catalanas orientadas a poniente. Para el escritor y periodista Josep Pla, desde esa parte del pueblo se veían las mejores puestas de sol del país. Otro Josep Pla, administrativo en paro de Gavà, también disfrutó de los atardeceres de Roses. Lo hizo por primera vez en su luna de miel, en agosto de 1990, y repitió durante 15 veranos seguidos. Desde el 2005 no ha vuelto, pero ahora que sus hijos han crecido y se montan las vacaciones por su cuenta, Josep quiere regresar con su mujer para comer bien, disfrutar del ambiente relajado del pueblo y pasear por la playa con los pies descalzos, como solían hacer.

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No estarán solos. Durante la tarde un goteo de bañistas abandona las playas para acicalarse en sus hoteles y apartamentos. Y cuando el sol amaga con marcharse, salen al unísono como un torrente primaveral que inunda de sopetón el paseo marítimo. Son parejas jóvenes y mayores, con niños o sin ellos, que buscan un restaurante para cenar, que se fotografían aprovechando la luz cálida del atardecer o que caminan, sin más, para disfrutar de la animada rambla litoral. De aquellos paseos recuerda Josep las estatuas de arena, la brisa fresca y los veleros ondeando sobre el agua, que siguen ahí, como los carritos de crêpes de Nutella y las señoras que trenzan el pelo a jovenzuelas con la nariz colorada.

La rambla es un excelente mirador que discurre plácidamente a lo largo de unos dos kilómetros sembrados de palmeras. Desde la playa de Santa Margarida, en el extremo sur de Roses, el paseo se enrosca como si quisiera entrar en el mar hasta encararse a poniente a la altura de la Nova. Se sabe que se ha llegado a la playa porque una placa grabada con un texto de Josep Pla celebra su orientación privilegiada: «Això fa que les passejades del capvespre fins el far permetin la contemplació de les postes de sol més prestigioses del país, les més grandioses i inoblidables».

Y si se alza la mirada de la placa, en el horizonte se puede ver como el Canigó se traga el sol y deja en el cielo un rastro de sangre que el escritor comparó con un ramo de rosas elegante, confortable, lujoso y vago. Un motivo más por el que el otro Josep Pla, el de Gavà, recuerda y recomienda esta playa de Roses.

Playa La Nova, Roses, Girona (cómo llegar)
Parking | Socorrista | Duchas | Chiringuito

  • 440 m de largo por 40 de ancho.
  • Tipo: arena fina.
  • Entorno: urbano.
  • Ocupación: alta.

Playa familiar con acceso para personas con movilidad reducida. Es ideal para niños por su amplia oferta de servicios y sus aguas tranquilas y poco profundas. Cuenta con zona de juegos infantiles, alquiler de sombrillas y patines de pedales.

Texto publicado el 3 de agosto de 2014 en la contraportada (pdf) y en la versión digital de El Periódico de Catalunya