Caldetes es mucho más que sus dos playas, Tres Micos y Kalima, que son apuestas y poco concurridas. Es el retiro en el que vive Rosa Figuera, que cada mañana cruza la única calle que separa su casa de la orilla para nadar un buen rato, por salud y por placer. Dice que sus alfombras de arena clara y limpia no tienen nada que envidiarle a las de Formentera o el Caribe. Pero los halagos de Rosa van más allá. Y es que Caldes d’Estrac, conocido como Caldetes, concentra en menos de un kilómetro cuadrado un tesoro inagotable de historia, a solo media hora de Barcelona. Esta pequeña joya del Maresme ya era conocida entre los romanos como Aquae Calidae por sus baños termales (de ahí su nombre). Los árabes primero y la aristocracia barcelonesa y la burguesía textil después la frecuentaron para disfrutar de sus aguas, las subterráneas y las mediterráneas.

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Visto desde el mar, el cuarto municipio más pequeño de Catalunya es un manto de pinos, jardines cuidados y casas modernistas que resbala ladera abajo, como si de una espalda se tratase, por el cerro de Caldes. En la falda, a pocos metros sobre el nivel del mar, está el balneario termal, el único catalán de titularidad pública. Sus aguas, que brotan a 38º, están indicadas para una larga lista de problemas respiratorios y óseos. Su poder milagroso se afianza con la leyenda de Leonor, una chica del pueblo de belleza sin par que curó a su princesa Fátima con baños termales. Fátima se llenó de gozo y de vigor y enamoró como enamora Rosa, la diva, la princesa, la niña mimada de Sotavent, el chiringuito en el que se toma una copita de cava por la tarde rodeada de amigos.

Este es el Caldes d’Estrac que ha escogido Rosa, mujer curtida y viajada, habituada al glamur, que se codeó con los Rolling Stones. Su corazón, que ha resistido a 18 quirófanos, late por su tierra y por la vida como latía el de Fátima después de pasar por Caldes d’Estrac. Rosa esconde detrás de unas Ray-Ban oscuras de cristales redondos unos ojos azules e infinitos como el cielo limpio de verano. Los muestra un instante cuando deja caer las gafas unos centímetros para confesar una duda: «Sí, recomiendo el pueblo y las playas, pero no sé si deberíamos decirlo a mucha gente porque una de sus virtudes es que vienen pocas personas, y queremos que siga así».

Playa de Caldetes, Caldes d’Estrac, Maresme, Barcelona (cómo llegar)
Parking | Chiringuito | Socorrista | Duchas

  • 700 m de largo por 50 de ancho.
  • Tipo: arena fina.
  • Entorno: urbano.
  • Ocupación: media.

Playa familiar. La de Tres Micos está catalogada con bandera azul. Hay poco espacio para aparcar y de pago, pero se puede llegar con Rodalies. Cuenta con acceso para discapacitados. Hay lavabos públicos y alquiler de hamacas.

Texto publicado el 2 de agosto de 2014 en la contraportada (pdf) y en la versión digital de El Periódico de Catalunya